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20/07/2022
Existen pocos productos en este mundo que puedan suscitar tantas emociones como el café. Desde el hecho de probar distintas variedades con distintos tostados en una cata o cata , hasta cosas más sencillas como el simple acto de preparar esa cafetera para la mañana y despertarnos con un delicioso aroma .
Y eso no acaba ahí: Probar distintas recetas o preparaciones, disfrutar de un buen café en una cafetería acompañado de tus seres queridos o incluso llevártelo en un termo para hacer una ruta de senderismo acompañado de nuestro campo café.
Pero realmente, lo que conocemos del café a nivel general se queda un poco en la superficie , ya que, pocas veces nos molestamos en indagar más sobre algo, y más cuando es algo tan común como el café, algo tan diario ya lo que estamos. tan acostumbrados, que por lo general ignoramos el hecho de que necesita un proceso para llegar a nuestra casa.
En este blog ya hemos hablado tanto del origen histórico del café , así como su popularización gracias a las primeras cafeterías , e incluso de los beneficios que nos aporta, en general para la salud o incluso a la hora de hacer deporte , y por supuesto, ya hemos tratado varios temas sobre su recolección y procesado , pero hoy vamos a ver la pieza que nos falta, el origen de todo: El cultivo del café.
Ya sea a nivel extensivo, o en explotaciones de comercio justo, lo cierto es que el cultivo de café siempre ha intentado estar a la vanguardia. Y no es para menos, pues es la base económica de muchos países, como Brasil o Colombia, dos de las mayores potencias en cuanto a cultivo de café se refiere.
Y aunque en los países más desarrollados económicamente se consume muchísimo café, lo cierto es que estos son principalmente importadores , ya que, en su mayoría, el café es cultivado en países más pobres.
Pero… ¿De dónde sale el café? Aunque se le llama “grano de café” , no es del todo correcto, pues es la semilla de una planta, conocida como cafeto, una especie de arbusto o árbol, que pertenece a la familia de plantas florícolas rubiáceas, que como vimos en otro. artículo, provienen originalmente de Etiopía y las regiones colindantes.
De manera tradicional, estos cafetos se cultivan en semisombra , guarnecidos por otros árboles más grandes que ofrecen protección, lo que permite un cultivo con un daño ambiental casi inexistente, y, además, sin la necesidad de usar pesticidas.
Sin embargo, ya sabemos que este tipo de cultivo no sería capaz de satisfacer la demanda existente de café, por eso, este cultivo ha variado a uno más extenso, en el que, para maximizar la producción, se plantan los cafetos en grandes áreas, expuestos a la luz solar, lo que además de aportar más cantidad de café, abarata los costes de producción de este.
Y esto suena muy bien, pero trae consigo otros problemas, ya que, en este tipo de cultivo de café, es necesario usar pesticidas para mantener en buen estado a los cafetos, y esto genera un gran daño ambiental , al contaminar ríos y aguas subterráneas. , sin contar la deforestación necesaria para lograr estos campos de cultivo.
Ya sea de manera tradicional o extensiva, lo cierto es que el cafeto en las condiciones adecuadas, puede llegar a medir hasta 3 metros y medio , siendo más vigoroso y llegando a soportar podas agresivas, y aunque su vida útil a nivel comercial es mucho menor. , máximo 30 años, y teniendo su pico de productividad cerca de los 8 años, pueden llegar a vivir entre 50 y 60 años.
Pero para llegar a esas condiciones de tamaño y fuerza, lo cierto es que necesita un clima tropical , pues esta planta no soporta los fríos extremos ni las heladas invernales. Además, requiere de una gran cantidad de agua y fertilizante para que la producción sea adecuada. Esto sin contar la necesidad de ser plantadas en zonas más elevadas , ya que el sabor del café cambia con esto, siendo considerado mejor el “café de altura”.
Normalmente, se considera rentable una plantación que consigue producir entre 700kg y 1500kg de frutos de café por hectárea, unas bayas rojas que nacen, dependiendo de la variedad de café, entre 6 y 9 meses después de la floración. Estas flores aparecen al comenzar la temporada de lluvias, son de color blanco y desprenden un aroma muy concreto, similar al jazmín.
Las semillas de café, se encuentran en el interior de las mencionadas bayas, también conocidas como cerezas de café, teniendo cada una de estas frutas dos núcleos en los que se encuentran lo que en un futuro serán granos de café.
Como mencionamos en otro artículo, la maduración de estos frutos es irregular, e incluso sucede a la vez que la floración en algunos casos, por lo que, a la hora de recolectarlos, es importante hacerlo con sumo cuidado, para asegurarse de solo recoger las cerezas maduras sin dañar las flores.
Estas cerezas tienen diversas capas:
Y aunque esto es general para todas las plantas de café, lo cierto es que hay más de cien especies , pero a la hora de cultivarlas para producir café, solo se suelen utilizar 2: la arábica y la robusta.
Esta especie de café, es la autóctona de Etiopía, y lleva cultivándose desde tiempos inmemoriales. Está considerada como la variedad con mejor calidad, pues posee un sabor fino y aromático, y representa aproximadamente el 75% de la producción de café a nivel mundial.
A pesar de esto, lo cierto es que el cafeto arábica tiene tendencia a enfermar, y requiere de un clima fresco para que su cultivo sea exitoso.
Y si ya en general el cultivo de café puede ser costoso, en el caso de la variedad arábica, aún lo es más, pues es menos productivo que otras variedades de café, y requiere mucho más cuidado, además de que para garantizar su calidad, debe cultivarse a grandes alturas, normalmente en terrenos escabrosos y montañosos.
Principalmente, esta variedad de café se cultiva zonas que cumplen estas condiciones, teniendo como ejemplo de los países con mayor producción a lo largo de tres continentes.
América del Sur y Central :
Ásia :
África :
Estamos hablando de los mayores productores, aunque realmente hay muchos más países que se han ganado un hueco en este mundo gracias a su café de alta calidad, como Jamaica con su Jamaica Blue Mountain.
Y aunque estos son nombres un poco más modernos, antiguamente se nombraban estas variedades de café en función del puerto desde los que se exportaban, teniendo algunas nomenclaturas que duran hasta el día de hoy, como café de Java o el de Mocha.
Esta variedad de café tiene más contenido en cafeína , con un sabor más fuerte y amargo que el café arábica.
Entre sus principales usos, se encuentra el de abaratar costes al hacer café de mezcla, es decir, una parte arábica y otra robusta, habitualmente usadas para la preparación de café espresso, pues, según los expertos, este tipo de café genera mejor espuma o crema. . También se usa como ingrediente principal en la preparación de cafés instantáneos o solubles.
A pesar de que su sabor es peor que el del café arábica, este café sale mucho más rentable, pues es mucho más resistente a las enfermedades y se adapta a los terrenos llanos, sin contar que tiene mucho más rendimiento, lo que la hace perfecta. para cultivarla de manera extensiva en grandes superficies y con luz directa del sol, para maximizar aún más si cabe, la producción.
Esta planta de café es originaria de la República Democrática del Congo , pero al igual que con la arábica, a día de hoy se cultiva en otros muchos países, como Tailandia, Brasil o Indonesia, entre muchos otros.
Obviamente, existen otras muchas variedades de cafetos, pero su impacto es ínfimo, y se cultivan a escalas mucho menores, siendo algunas de estas variedades el cafeto liberica o el racemosa .
A día de hoy, ya sea de arábica o robusta, podemos decir que el mayor exportador de café es Brasil, pero esta seguido muy de cerca por Vietnam, que se ha consolidado como un gigante de la exportación de café robusta, razón por la cual este tipo de café ha bajado de precio.
Si te preguntas por curiosidad, el top 5 de exportadores , la cosa queda así:
Una cosa importante a tener en cuenta es que, aunque sean de la misma variedad de café, dos granos cultivados en zonas distintas, tendrán con casi total seguridad, diferencias en sus características.
Estos pueden afectar a su contenido en cafeína, acidez o amargor, hasta directamente el sabor que, según los expertos, tiene un gigantesco abanico de posibilidades, desde el achocolatado, hasta el terroso, pasando por los cítricos o los frutales.
Todas estas variaciones en un mismo tipo de café, pueden deberse al entorno donde se cultiva, desde el clima, el agua y los fertilizantes usados, hasta el tipo de tierra en la que se cultiva, dando lugar a muchas sub variedades de café.
Como mencionábamos al principio, esta industria está en constante desarrollo para mejorar la producción de café, y es por esto que se ha llegado a crear variantes de estas especies de café.
Aunque no han salido al mercado, existen distintas variedades de café modificadas genéticamente para reducir las cantidades de cafeína, o incluso la textura y sabor que tendrán en la taza.
De hecho, solo existe un cultivo con variedades modificadas, y se encuentra en la Guayana Francesa, gestionada por el Centro de cooperación internacional en investigación agronómica para el desarrollo de Francia.
Una de las razones de modificar genéticamente estos cafés era la de mejorar su resistencia a infecciones y plagas, por ejemplo, para repeler un tipo de larvas de polilla, se le añadieron genes de la bacteria bacillus thuringiensis.
A pesar del esfuerzo de los científicos, este experimento fue interrumpido cuando les faltaban dos años para concluirlo, debido a que, tras un acto vandálico, todas las plantas de café fueron destruidas.
Aun con todo, los científicos consiguieron una muestra que demostraba que el experimento iba por buen camino, ya que el 75% de los cafés modificados no sufrieron la plaga, mientras que los que no se habían modificado, fueron afectados en un 100%. Por desgracia, a mayores de eso, no se pudo obtener más datos.
Además de esta polilla que mencionábamos, existen más insectos y hongos que atacan al café.
Uno de los más temidos es la Broca o stephanoderes hampei , que sin importar la variedad de café que sea, las ataca indiscriminadamente. Por si fuera poco, este insecto es resistente a los pesticidas, y ataca principalmente a la semilla del café, por lo que afecta directamente a la producción.
Aunque este insecto no es lo único a lo que debemos temer, pues también existe la principal enfermedad que afecta a los cafetos: La roya.
Atacando directamente a las hojas del cafeto y volviéndolas de un tono anaranjado, esta enfermedad proveniente de un hongo, evita que la planta pueda realizar la fotosíntesis por lo que, a la larga, se debilita y muere.
La roya afecta principalmente a la variedad arábica, y aunque la robusta la soporta un poco mejor, sigue sin ser capaz de defenderse, por lo que igualmente termina enfermando, y puede destruir hasta un 60% de la plantación si no es contenida. Sin duda, una enfermedad temible, considerada la peor que pueden sufrir los cafetos.
El cultivo de café es muy laborioso , y depende de unas determinadas características climatológicas y de entorno para prosperar, sin contar la mano de obra necesaria.
Por si esto fuera poco, el cuidado que debe tenerse con estas plantas para evitar que las plagas y enfermedades las destruyan es enorme, y requiere de una gran dedicación.
Y aun con todo, vemos que el café sigue siendo un gigante, y se sigue cultivando a pesar de todo, por lo que, a fin de cuentas, está claro que venta rentable.
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