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23/08/2022
El café es una bebida deliciosa que, gracias a su sabor, combina muy bien con muchísimos otros ingredientes.
Entre los más habituales, están la leche, con la que se suele hacer deliciosa espuma de leche para coronar nuestros cafés, nata u otros lácteos, el azúcar y otros edulcorantes, o incluso licores y bebidas espirituosas.
Y lo mejor es que en muchas ocasiones, estos diferentes ingredientes no son excluyentes entre sí, como es el caso del café irlandés , que lleva café, whisky y crema de leche o nata. Pero no es el único.
Tenemos una larga lista de recetas de café con distintos licores y leche o nata, que pueden endulzar un poco el sabor, o darle esa melosidad tan característica, aunque la receta de hoy será un poco más básica.
Hablamos del famosísimo carajillo , un delicioso café que lleva brandy o ron y azúcar moreno, y tras su preparación, nos permite degustar un trago con un fuerte sabor y aroma a café, endulzado por la mezcla de licor y azúcar, servido muy caliente.
Pero antes deber en profundidad la receta, vamos a hacer un pequeño viaje por los orígenes un poco inciertos de este café.
Un problema que encontramos con muchas recetas de café, es que es difícil encontrar un origen único y cierto. Pasaba con el capuchino , y pasa con el carajillo. En el caso de este último, existen diversas teorías datadas del siglo XIX.
Una de las más populares, se sitúa en las colonias españolas en Cuba , donde esta bebida la preparaban los soldados antes de salir a luchar. La mezcla de café y ron les daba energía y “ corajillo ”, dos elementos necesarios en el campo de batalla. Una vez finalizaron las guerras, el nombre fue cambiando, pues ese coraje ya no era tan necesario, y cambio hasta el término que conocemos hoy en día.
Pero como mencionamos, no es la única teoría sobre el origen y su etimología. En la Enciclopedia de Barcelona, podemos encontrar otros dos posibles orígenes de este café:
Ninguna de estas teorías se puede confirmar a ciencia cierta, pero lo más probable, es que sea una combinación de todas ellas. Al final, de lo que estamos seguros, es de que el carajillo es un café delicioso.
Esta receta de café tiene, por supuesto, muchas variedades , pues ha ido evolucionando y cambiando para adaptarse a diversas zonas. Quizás en una región se daba el brandy y no el ron, o se le añade algún ingrediente extra.
Sabemos que, por España, puedes encontrar diversas versiones de este café, con nombres distintos según la comunidad autónoma en la que estés, por ejemplo, el rebentado de Valencia o Mallorca, o el asiático de Cartagena.
Este último es la evolución de la evolución, pues realmente parte del café bombón, un café con leche condensada y licor 43, o en caso de añadir brandy de cierta marca, el conocido como Belmonte.
En las islas canarias, podemos encontrar otra variante, el barraquito . En este caso, lleva leche condensada, licor, canela y limón.
Volviendo a los orígenes, en Cataluña, podemos encontrar el trifásico , una recta con tres capas diferenciadas, de café, leche y licor.
Por las zonas de Castellón, tenemos el cremaet , una versión del carajillo que lleva ron, whisky, anís o coñac, flambeado con canela en rama y azúcar, aderezado con piel de limón y unos granos de café.
Saliendonos un poco del café, en otras regiones españolas podemos encontrar el curioso tegüi , en el que cambiamos el café por té, y se mezcla con whisky. Y si te gusta el chocolate, puedes preparar un lubumba , en el que añadiremos un toque de brandy o whisky a un batido de chocolate.
Por supuesto, existe una receta del carajillo que podemos denominar la “tradicional”, que veremos en breve, pero es curioso como una preparación similar se puede encontrar por distintas zonas del mundo.
Se podría decir que incluso el café irlandés es una versión modificada del carajillo, usando el licor local, que en ese caso es el whisky , y por supuesto, en países de Latinoamérica, como México o Colombia , puedes degustar un carajillo sin ningún problema.
En Italia, país cafetero por excelencia, podemos encontrar una mezcla de café y un licor local, grappa, el denominado café corretto . En Gran Bretaña, por ejemplo, sustituyen el café por té negro y le añaden ron. Esta moda de añadir licor al té o al café, que llamaban gunfire , la pusieron de moda los soldados británicos, que lo desayunaban antes de salir a la guerra.
Incluso en países como Escandinavia, podemos encontrar café con whisky, al que llaman karsk , o sin irnos tan lejos, en nuestra vecina Portugal, podemos pedir un café con cheirinho , al que le añaden aguardiente o brandy.
Si cambiamos de continente, podemos fijarnos en países como Colombia, donde preparan el carajillo con brandy o aguardiente, al que le dan un toque final con un poco de canela .
En México, sin embargo, el carajillo suele servirse frío , combinado con licor 43, tía maría o el típico de la zona, el Kahlúa. Finalmente, suelen aderezarlo con canela en rama o corteza de limón, dándole un aroma único.
Ya no solo hablamos de los ingredientes, incluso en la elaboración y presentación de esta receta caben modificaciones .
En Cataluña, suele servirse el café con el brandy sin quemar , y con el azúcar por separado, para que puedas añadirlo a tu gusto.
En la Comunidad Valenciana, suelen hacerlo de manera más elaborada, flambeando el licor en un vaso o jarra , con el azúcar, la canela, unos granos de café y un poco de corteza de limón.
Al hacerlo de esta manera, el alcohol se rebaja, siendo más suave y, además, al removerlo con todos estos ingredientes, aparecen nuevos aromas, consiguiendo matices deliciosos.
Para apagar el fuego antes de que consuma todo el alcohol, sencillamente ahogan el fuego poniendo un platillo por encima, y tras esto, sirven el café por encima, pero de manera similar al café irlandés, utilizan una cuchara dada la vuelta para que el café caiga suavemente y ambos líquidos hagan dos capas diferenciadas, consiguiendo una triple capa, con licor abajo, café en medio, y la espuma del espresso coronando el vaso.
Sin duda, para esta receta, deberías echar un ojo a algún vaso o taza de vidrio , pues el efecto visual merece la pena.
Tras conocer a fondo este café, su historia y variedades, es hora de prepararlo. Recuerda que siempre puedes darle tu toque personal usando un licor que te guste más, o agregando ingredientes como limón y canela, como mencionaba antes.
Para la receta básica del carajillo, vamos a usar:
A pesar de que solo con esos 3 ingredientes podemos obrar esta receta, lo cierto es que su preparación encierra un poco más de intríngulis del que podríamos esperar.
Empezamos preparando el café. Ten en cuenta que el café sigue siendo la mayor parte de esta bebida , por lo que es recomendable usar una de buena calidad , con un sabor fuerte, para que el licor no lo oculte.
En cuanto al método de preparación, podemos usar alguna de estas cafeteras:
Con nuestro café listo, vamos a terminar la receta.
Para el carajillo, es recomendable que sirvas un café corto , para que haya espacio para el licor, y como dijimos antes, mejor en vaso de vidrio, para poder observar el efecto visual.
En este vaso, antes de servir el café, servimos el brandy, o el licor que hayas escogido. Si te apetece que sea un poco más cargado, siempre puedes añadirle más cantidad, pero yo recomendaría mantener las cantidades mencionadas, para que los sabores se mantengan proporcionales.
Además del brandy, los licores que mejor funcionan para esta receta, son el ron, coña, whisky o anís. ¿Qué te gusta más el orujo, el licor de hierbas o el baileys? Pues siempre puedes hacer tu versión, pero ten en cuenta que algunos de estos licores no se flambearán.
Añadimos el azúcar al licor, y si quieres agregarle ahora canela, granos de café o piel de limón, es el momento . Con un mechero, prendemos fuego al alcohol, y con una cuchara larga, removemos los ingredientes.
Si quieres que tu café todavía tenga chispa, tendrás que apagar el fuego poniendo un plato encima, ya que, si no, si la llama se apaga de manera natural, quiere decir que todo el alcohol se habrá quemado, y aunque tenga sabor, no. te dará corazón.
Ahora que tenemos nuestro licor flambeado y aromático, servimos por encima del café, si quieres darle un toque extra de vistosidad, haciendo el truco de la cuchara.
Y listo, solo falta lo mejor, disfrutarlo. Ya ves que se trata de una receta sencilla pero que encierra cierta técnica, y sobre todo, mucho sabor.
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