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04/08/2022
Ahora que sabemos hacer un perfecto espresso , nada nos detiene para hacer deliciosas recetas de café, y no hay receta más clásica que el capuchino .
Aunque a veces se confunde con el típico café con leche que nos sirven, con su espuma, la realidad es que el capuchino es algo diferente. Tampoco es ese café que nos venden en algunos locales, que le ponen una capa de nata y cacao o virutas de chocolate por encima.
El capuchino, al menos su receta original, es mucho más humilde y sencilla, pero no por ello menos delicioso.
Por eso, en este artículo vamos a aclarar un poco las cosas, ver los orígenes que se le atribuyen a este café con solera, su evolución a lo largo de los años, y por supuesto, su receta y preparación.
Un buen café capuchino, al menos en la receta tradicional, se elabora con una parte de café, una parte de leche o nata, y otra parte de espuma de leche, es decir, 3 partes equitativas . Ya que el café se suaviza con la leche o la nata, normalmente se suele preparar con un grano de café tostado oscuro , que además tendrá menos acidez que otros granos, y suele molerse muy fino.
La etimología de esta receta tiene dos variantes, y no está del todo claro su origen:
Si hay algo que destaque de este café, es esa enorme capa de espuma de leche , que se consigue al vaporizarla, creando diminutas burbujas que cambian la textura de esta bebida rica en calcio. Esta capa espesa de leche, se deshace de manera cremosa en la boca, pero pese a su similitud visual con la nata, lo cierto es que son texturas muy diferentes.
Gracias a la ligereza de esta cremosa espuma de leche, si se sirve de manera adecuada, quedará coronando nuestra taza sin hundirse.
Sin duda, el café capuchino es una bebida que no ha cambiado mucho a lo largo de los años, pero si lo suficiente para que mucha gente cree que es una receta complicada con muchos ingredientes.
Como casi todo, la popularidad de este café aumentó cuando llegó a los Estados Unidos de América, en los años 30, a pesar de que esta receta llevaba preparándose en Italia y otras zonas de Europa desde hace siglos.
Este café ha ido cambiándose, con añadidos y mejoras para adecuarse a los gustos de la actualidad, cosa que ha derivado en una complicación de su receta, y en que la gente piensa que estas nuevas versiones han sido así desde siempre.
Ya en 1900 se preparó esta receta en Italia, pues ya entonces existían las cafeteras exprés , aunque claro, eran los primeros prototipos, muy grandes, pesadas y por supuesto, caras. Además, se requeriría de ciertos conocimientos para poder usarlas correctamente, lo que reduciría mucho el público objetivo de estas bebidas.
Con los años, estas máquinas pudieron mejorarse , haciéndolas más sencillas, pequeñas y sobretodo, accesibles, permitiendo el acceso a este tipo de cafés a muchos más locales.
De esta manera, cada vez más restaurantes y cafeterías pudieron acceder a preparaciones populares, como el capuchino, el espresso o los lattes, aumentando así la clientela, y favoreciendo cada vez más que se pudiera adquirir café en cualquier momento del día.
Así se logró que el café y sus recetas se volviesen extremadamente populares y accesibles , permitiendo su consumo incluso en clases sociales no demasiado adineradas. Pero… ¿Qué hace tan especial al capuchino?
Lo principal para preparar un buen café capuchino, es preparar un buen café . Y para eso, debemos saber qué cafetera utilizar.
En primer lugar, se prepara el café espresso, que, a ser posible, debe ser recién hecho. A continuación, calentamos la leche, como bien dijimos, una cantidad lo más igual posible al café, y los servimos por encima de este.
Para acabar, toca preparar la espuma de leche. Tradicionalmente, al preparar en cafetera exprés, no hay problema, pues dispone del vaporizador , que nos permitirá generar la espuma de leche a la vez que la calentamos. Una vez lista, se sirve lentamente sobre los otros dos ingredientes, para evitar que se hunda y se mezcle.
Y ya estaría tu capuchino tradicional . Puedes realizar una versión más moderna añadiéndole un toque de cacao en polvo o canela sobre la espuma, o incluso pepitas de chocolate, aquí ya es lo que tú quieras dejar volar la imaginación.
Además de los ingredientes, vamos a necesitar una cafetera que nos permita hacer un café espresso o lo más parecido posible, y algo que nos permita espumar la leche, pues es esta espuma lo que marca la diferencia.
Los ingredientes no tienen mucho misterio, pero si debemos tener un par de cosas en cuenta:
Con respecto a las cafeteras, las más recomendables para esta preparación serán:
Existen otras cafeteras, como la prensa francesa o la softbrew, pero creo que no son las mejores opciones para este café, pues por lo general, consiguen un café más suave y líquido.
Si no dispones de la cafetera exprés, tenemos otras maneras de conseguir la espuma de leche, tanto con algún truco como con herramientas:
Ahora que sabemos todo lo que necesitamos, es hora de preparar el capuchino, que no dista mucho de lo que vimos en la preparación tradicional, y verás que es una preparación sencilla:
Ya tienes listo tu café cappuccino tradicional, y ya puedes degustarlo, pero si lo prefieres, puedes darle un toque personal agregando algún topping:
Las opciones con casi infinitas, el límite es tu imaginación, así que, conociendo la base del capuchino, ahora es el momento de que decidas como tomarlo.
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