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30/07/2022
Hasta ahora, hemos hablado sobre muchos aspectos del café, su historia y distribución , su cultivo y procesado , alguna receta y varios consejos para su preparación o como afecta el café en nuestra salud .
De hecho, incluso hemos visto el origen de las cafeterías a lo largo de la historia, desde sus orígenes en las regiones etíopes hasta nuestros días.
Sin embargo, no hemos hablado de un importante factor común a todos estos puntos, algo sin lo que las cafeterías nunca habrían triunfado, y sin la cual no podríamos prepararnos nuestro café en casa.
Hablo, como no puede ser de otra forma, de las cafeteras .
Estos aparatos son quizás, una de las máquinas más utilizadas en cafeterías, y seguramente también en gran parte de los hogares, en los que mínimo se suele preparar una cafetera al día.
Debes tener en cuenta que, al igual que hay cientos de variedades de café, también hay un montón de cafeteras, cada una pensada para extraer distintos sabores al café, y prepararlos de diferentes maneras.
Así que, si estás pensando en adquirir una nueva cafetera, vamos a ver unos cuantos modelos, agrupando las más habituales, y algunas que no tanto, desde las populares italianas, hasta otras de las que quizás ni has escuchado hablar.
Vamos con ello.
Puede que no llegue a contar ni siquiera como cafetera, pues solo necesitas una olla o pota, pero siendo una de las maneras más clásicas de hacer café, creo que debemos incluirla.
En este tipo de cafeteras, la idea es realizar la infusión del café y el agua en la olla. Para esto, llenamos el recipiente de agua y la llevamos a ebullición, apagamos el fuego, dejamos que deje de burbujear y entonces añadimos el café y removemos.
Luego, dejamos reposar la mezcla reposar un poco, y después lo filtramos en otro recipiente, usando un filtro de papel o el clásico “ calcetín ”. En muchas ocasiones, este recipiente donde filtramos viene con su propio calcetín, y es lo que se denominaría en sí “cafetera de pota”.
A pesar de ser una manera muy tradicional de preparar el café, lo cierto es que es muy útil a la hora de hacer café para mucha gente, si no tienes una cafetera de tamaño familiar, claro.
Normalmente, el café que obtenemos de esta manera es bastante suave de sabor, pero muy agradable y más dulzón. Si se prepara con unas proporciones adecuadas, como vimos en el artículo sobre el agua, debería salir un café de cuerpo ligero.
En definitiva, es una buena opción para poder preparar un café si por lo que sea te ha quedado sin cafetera, o si quieres hacer mucha cantidad de una sola vez.
Esta cafetera es la más habitual, la más conocida y, además, muy versátil, y lleva acompañando hogares desde su invención en los años 30. Alfonso Bialetti, creador de esta máquina atemporal, es a quien debemos agradecerle nuestros cafés mañaneros en casa.
Desde que se popularizo en los años 50, nos permite degustar unos cafés con potente aroma y cuerpo, pues no dejan de ser una versión casera de un café espresso.
Puede que, a día de hoy, su forma haya variado por fuera, siendo más redonda, manteniendo su clásica base poligonal, más estirada o de múltiples colores, pero su mecanismo, lo que hace que este café guste tanto, no se ha cambiado nada desde su creación.
Siendo una cafetera tan habitual en los hogares, seguramente ya sabes cómo se usa:
Sin duda, una mañana sin el típico ruido de una cafetera moka sacando café, no es una mañana.
Otra cafetera que goza de mucha popularidad, pues es económica, su funcionamiento es más simple, y puedes ajustar el sabor y fuerza del café a tu gusto, en función de la cantidad de café y tiempo de infusión.
La prensa francesa, o cafetera de émbolo, tiene su origen a mediados del siglo XIX, cuando Mayer y Delfirgue desarrollan este mecanismo en Francia, volviéndose muy popular. Sin embargo, su diseño original no es como el que conocemos hoy día.
Este diseño actual data de 1929, cuando fue patentado por Brun Cassol y Faliero Bandanini, y su mecanismo es tan simple como efectivo: Un recipiente o jarra, un émbolo que prensará el café filtrándolo, y una tapa. De hecho, no deja de ser un café de olla más cómodo.
Para esta cafetera, se recomienda un molido grueso, pues el filtro no es tan efectivo con partículas pequeñas, y a nadie le gusta que un poso de café te amargue la bebida. Como mencionamos en el artículo sobre el agua, lo ideal es que este a 90 grados a la hora de añadir el café, y si puede ser, no uses agua del grifo, mejor si es agua filtrada y de mineralización débil.
Unos consejos a la hora de usar esta cafetera:
Esta cafetera es muy cómoda, sencilla y, además, fácil de lavar, así que es una buena opción si te gusta poder variar el sabor y fuerza de tu café.
Que el nombre no te lleve a confusión, es otra cafetera inventada en Francia. Aunque no está del todo claro, se considera que el creador de este aparato fue Loeff de Berlin, en 1830, pero el típico globo que caracteriza esta cafetera fue inventado en 1841 por Madame Vassieux.
Mezclando diseño y ciencia, muchos consideran esta cafetera como la máxima expresión de esfuerzo que alguien puede hacer para conseguir el mejor café.
Normalmente, para su fabricación, se usa vidrio de borosilicato, un material termorresistente, tanto a altas temperaturas, como a cambios de temperatura. Muchos utensilios de laboratorio usan este material por estas características.
A la hora de preparar el café, esta cafetera funciona por una parte como una prensa francesa, en el sentido de que mezclamos el café con el agua, pero de una manera algo diferente.
Sin embargo, el proceso de extracción es otro cantar, y requiere de conocimientos y pericia para poder hacerlo de la manera adecuada, usando los principios de contracción y expansión de los gases para generar presión.
Un poco similar a la cafetera moka, al calentar el balón de vidrio, el agua se convertirá en vapor, que acabará presionando el agua y obligándola a subir por un tubo, que alcanzará la parte superior, un recipiente donde mezclaremos el café con el agua.
Una vez añadido el café, lo removemos y apagamos el fuego, y simplemente esperamos. Al enfriarse, el vapor volverá a ser agua y dejará de ejercer presión, haciendo que la infusión caiga del recipiente superior al balón, y dejando todos los posos de café en el filtro.
El café resultante tiene un color más claro, similar al de la prensa francesa, muy limpio y casi sin impurezas, y su sabor y aroma tienen un balance exquisito, obteniendo de esta manera un café ligero y delicioso.
Además, esta cafetera permite realizar mezclas personales, pudiendo añadir otros ingredientes a la hora de la infusión, quizá un toque de canela, o vainilla hagan de tu café una nueva experiencia.
Pasamos de cafeteras con mucha historia, a cafeteras más actuales. La Softbrew se está haciendo un hueco en el mercado desde 2010, pues tienen un funcionamiento muy sencillo, es cómoda y el café que nos aporta es suave y delicioso.
No os voy a mentir, aunque su invención sea de 2010, no deja de ser una tetera readaptada para café, y su funcionamiento es exactamente el mismo, pero lo que realmente hace distinto este aparato, es su filtro.
Este filtro con microperforaciones, permitirá el paso del agua y mantendrá todos los posos en la parte superior.
Pero su uso, es, como ya he dicho, el de una tetera:
Al igual que la prensa francesa, a más tiempo, más fuerte será el café, pero lo suyo es que repose unos 5 minutos como mínimo.
Si eres patoso como yo y se te resbalan los cacharros al fregar, debes tener en cuenta que el cuerpo principal de esta cafetera es de cerámica, muy bonita, pero frágil, así que ten cuidado al lavarla.
Entre las más de 300 patentes del inventor alemán Pete Schumbohm, encontramos la cafetera Chemex, creada allá por los años 40.
Una cafetera que goza de gran popularidad por codearse con muchos actores en series y películas, apareciendo en sitcoms de éxito mundial como Friends.
De hecho, se ha hecho un lugar en el MOMA, Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el que luce esta cafetera que no ha cambiado nada desde 1941, como pueden apreciar los visitantes que se acerquen hasta allí.
Pero toda esta fama no existiría si no hubiese previamente una base sólida, y sin duda, esta cafetera la tiene, preparando un café exquisito y suave, limpio y aromático.
Para obtener este café, necesitamos además de la Chemex, un hervidor de agua y los filtros pertinentes. Estos son de papel, pero más gruesos y pesados que los de otras cafeteras, siendo capaces de retener mejor las substancias que no queremos en nuestro café, como los aceites.
Es importante que el café que usemos sea de molido grueso, si no, el filtro se bloqueará y el agua no podrá pasar a través de este. El agua, como ya sabemos, debe rondar los 90 grados para garantizar un sabor ideal.
Respecto a su funcionamiento, no tiene mucha ciencia:
Es un proceso sencillo, y una vez más, una nueva evolución del café de olla o pota.
Aun nos faltan muchas cafeteras por ver y ya puedes elegir entre un montón para probar nuevos tipos de café.
En próximos artículos, veremos tanto las cafeteras más curiosas con preparaciones muy diferentes, como la cafetera turca, además de todas las variedades eléctricas que abundan en el mercado, entre las que se incluyen las populares cafeteras de cápsulas.
Al final, la cafetera es un medio más para juntar el agua y el café, permitiéndonos disfrutar de una deliciosa bebida , y ya sea con más cuerpo, o más suave, todas tienen su punto. Lo importante es encontrar el sabor que más te guste a ti, y disfrutar de una bebida tan maravillosa como es el café.
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